Durante estos días, no hay dulce más típico en las pastelerías españolas que los buñuelos de viento. Además, son tan fáciles de hacer, que en muchos hogares es común prepararlos el Día de Todos los Santos.

Los buñuelos de viento se pueden servir rellenos de nata, de crema de vainilla, de chocolate o sencillamente espolvoreados con abundante azúcar glacé.

Sea cual sea la variedad que decidas elaborar, estarán deliciosos.

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La  base de los buñuelos de viento es una masa sencilla que se fríe, en pequeñas porciones, en abundante aceite.

En la elaboración de unos 30 buñuelos de viento, necesitas:

  • 125 ml de agua
  • 30 gr de mantequilla
  • 40 gr de azúcar blanco
  • Una pizca de sal
  • La piel de medio limón
  • Una vaina de vainilla
  • 75 gr de harina
  • 2 huevos de tamaño grande
  • 150 gr de azúcar glacé

El primer paso que debes hacer es poner el agua a fuego medio e ir añadiendo la mantequilla, el azúcar blanco, la pizca de sal, la piel del limón y la vainilla.

Si quieres que tus buñuelos queden más esponjosos, puedes sustituir la mitad de agua por leche.

Cuando la cazuela comience a hervir, retírala del fuego, quita la piel del limón y la vainilla y añade la harina. Mezcla todos los ingredientes enérgicamente hasta que se forme una bola sin grumos y suave.

A continuación, deja que la masa atempere y ve añadiendo los huevos uno a uno. Una vez añadido el primero, mézclalo bien con las manos o con las varillas eléctricas y, cuando tengas una masa unificada, sigue el mismo proceso con el segundo huevo.

Calienta el aceite en la sartén a una temperatura suave y, con ayuda de dos cucharillas, coge pequeñas porciones de la masa y échalas al aceite.

La masa comenzará a inflarse y, por sí sola, cada porción se dará la vuelta poco a poco, en ese momento sube el fuego para que se doren.

Ten preparada una bandeja cubierta con papel absorbente para colocar sobre ella los buñuelos de viento. Baja el fuego de la sartén y repite los pasos con la siguiente tanda.

El truco para que los buñuelos de viento absorban bien el dulzor del azúcar glacé es espolvorearlos abundantemente nada más sacarlos de la sartén.

Como te decíamos al principio, puedes servir tus buñuelos rellenos, para ello, al finalizar todo el proceso, haz una pequeña ranura en cada buñuelo y, con ayuda de una manga pastelera, echa en su interior la nata montada y quedarán como ves en la imagen.

Y tú, ¿cómo prefieres tus buñuelos de viento?

 

2 Comments

  1. fausta dice:

    Hola no se pone levadura a los buñuelos de viento??

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