Lo mejor de este conejo de Pascua es que cualquier día del año es buena idea y sorprende de la misma forma. De esas recetas maravillosas que suelen encandilar.

¡Que la disfrutes!

Receta paso a paso

 

 

Ingredientes

Para 10-12 personas

Para el bizcocho:

  • 265 g de harina
  • 9 huevos
  • 270 g de Azucarera Extrafino
  • 90 g de mantequilla + 1 cucharadita
  • 1 cucharadita de piel de limón rallada

Para decorar:

  • 400 ml de nata para montar
  • 50 g de Azucarera Glace Seda
  • Unas gotas de colorante rosa
  • 1 bote de grajeas de colores
  • 1 cucharada de glasa de azúcar rosa

Utensilios

  • cuenco grande
  • varillas eléctricas
  • molde redondo de 22 cm de diámetro
  • papel sulfurizado
  • palillo
  • manga
  • espátula

Cómo lo hacemos

  1. Cascamos los huevos en un cuenco grande
  2. Añadimos el azúcar y batimos con la ayuda de unas varillas eléctricas hasta obtener un compuesto claro y espumoso: entre unos 6 y unos 8 minutos
  3. Añadimos la piel de limón, la harina tamizada poco a poco, removiendo de arriba a abajo hasta que quede todo incorporado
  4. Derretimos la mantequilla y la agregamos también a la mezcla
  5. Untamos con mantequilla un molde redondo de 22 cm de diámetro y cubrimos el fondo con un disco de papel sulfurizado del mismo tamaño
  6. Vertemos la preparación, introducimos en el horno, precalentado a 180ºC y cocemos durante unos 35 minutos
  7. Antes de retirar el bizcocho, comprobamos que esté bien cocido: pinchamos el centro del bizcocho con un palillo (éste debe salir limpio). Si no, cocemos unos minutos más
  8. Dejamos entibiar unos minutos, pasamos un cuchillo por los bordes y desmoldamos
  9. Dejamos que se enfríe completamente
  10. Montamos la nata con el azúcar
  11. Mezclamos 2 cucharadas con unas gotas de colorante e introducimos en una manga
  12. Cortamos los bizcochos con la forma de conejo
  13. Extendemos la nata blanca por encima y los laterales con ayuda de una espátula
  14. Decoramos las orejas y el lazo con rosa y colocamos las grajeas y la glasa
  15. No removemos demasiado: una vez integrada la harina y la mantequilla no removemos más y procedemos rápidamente a llenar el molde porque la mezcla podría perder volumen y no ser esponjosa al salir del horno

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